Cuando el nutriente requiere de un proceso químico de acción-reacción entre suelo y planta es cuando aplicaremos el abono solido. Estos abonos son más diversos y a su vez complejos y específicos ya que hay que tener en cuenta tres factores: el terreno, la planta, y el tiempo de transformación del abono en nutriente.

Por ello los abonos sólidos se pueden dividir en:

Abonos complejos: los fertilizantes complejos o NPK son productos que contienen varios nutrientes, como mínimo dos, de los tres nutrientes básicos, que son nitrógeno, fósforo y potasio. A estos nutrientes se les podría añadir micronutrientes u otros nutrientes secundarios Según necesidad, siempre de acuerdo con las leyes vigentes.

Abonos de mezcla: son mezclas entre materias o nutrientes que no interactúan químicamente, es decir, cada partícula de nutriente forma parte del todo de manera independiente, existiendo una relación proporcional entre los diferentes nutrientes básicos.

Abonos binarios: se compone única y exclusivamente de dos de los tres nutrientes básicos

Abonos simples: se componen de un único nutriente, de los tres básicos

Abonos cristalinos para fertirrigación: son abonos solubles que se aplican directamente con el agua de riego. Con un previo estudio de la cantidad de agua y abonos necesarios para la superficie y plantas a regar, indicado para riego por goteo.